En esta fotografía se incluyen: un látigo de cadenas formadas por eslabones planos y ovales, afilados como cuchillas en forma de hojas; otro de cadena doble con cuatro pesadas “estrellas” de hierro en la punta; y un fragmento de un látigo del siglo XIV, denominado “corona de espinas”.
La tortura moderna en su mayor parte necesita métodos que no dejen marcas sobre la víctima, por razones propagandísticas. Sin embargo los métodos medievales duros, sangrientos, lacerantes, todavía encuentran amplia aceptación, sobre todo cuando se trata de ejecuciones más que interrogatorios.